Bosch y Daimler creen necesaria la combinación de numerosos sensores -órganos sensoriales según ellos mismos dicen- para una conducción totalmente autónoma y sin conductor segura: cámaras ópticas, señales de radar, ultrasonidos y Lidar registran el entorno y ayudan al vehículo. Todos tienen sus ventajas e inconvenientes para una conducción autónoma, pero en conjunto, son capaces de enviar datos a la unidad de control para que actúe de forma segura.
La combinación de información de todos los sensores de un vehículo (denominada fusión de sensores) produce un modelo del entorno seguro que ambas compañías han establecido como una condición necesaria para una conducción completamente autónoma y sin conductor. Los sensores deben monitorizar continuamente el entorno en tiempo real, siendo el Controlador de Conducción Autónoma (el ordenador central del vehículo completamente autónomo sin conductor, ADC por sus siglas en inglés), el que sobre esos datos toma decisiones y envía comandos a los actuadores en el vehículo a través de la Unidad de Control de Movimiento.
Exigencias para la conducción autónoma
Las exigencias de Daimler para los actuadores que intervienen en la dirección, aceleración y frenada son rigurosas: en un Mercedes-Benz totalmente autónomo y sin conductor, todos los actuadores críticos y sensores de movimiento deben estar duplicados, incluidas las unidades de control y la fuente de alimentación. Todo esto se traduce, por ejemplo, en que la dirección controlada electrónicamente no solo tiene dos motores, sino también una electrónica duplicada. El asistente neumático de frenada, antes convencional, se ha reemplazado por el i-Booster de Bosch, un servofreno electromecánico. En conjunto con el sistema ESP®, se crea una combinación de sistema de frenado que permite una detención segura incluso si los componentes individuales fallan.
Una red de módulos de software distribuidos en varias unidades de control son los encargados de dar órdenes a los actuadores. El sistema ejecuta las órdenes del software de control del movimiento (Motion Control Software), usando además sus propios sensores para registrar el movimiento de forma precisa y fiable y así poder determinar la trayectoria correcta.
Esto incluye, por ejemplo, reconocer y compensar perturbaciones tales como vientos cruzados, baches o una superficie inesperadamente deslizante. También puede hacer que el vehículo se detenga de manera segura si no hay instrucciones de conducción del ADC o si no son plausibles. Así como un humano usa la última imagen de la situación cuando de repente se sumerge en la oscuridad, el sistema genera continuamente una ruta de detención segura a la cual el resto de la red puede recurrir si es necesario.