La movilidad eléctrica ha llegado para quedarse. Cada vez más conductores en España optan por vehículos eléctricos. Los motivos, muchas veces ligados a la economía, se sostienen por sí solos. Los cálculos muestran que, en comparación con un vehículo de combustión, un eléctrico puede ahorrar entre 1.000 y 1.440 euros al año en energía y mantenimiento.
Actualmente, en 2025, los coches eléctricos representan alrededor del 12% de todas las matriculaciones mensuales nuevas en nuestro país. Comprar un coche eléctrico, por tanto, es una tendencia que acabará por imponerse, tanto por la superioridad tecnológica como por las diferentes regulaciones en materia de contaminación.
Ahorro en energía y mantenimiento
El coste de recorrer 100 kilómetros con un coche eléctrico cargado en casa varía entre 1,5 y 2,6 euros según la tarifa eléctrica, mientras que un coche diésel necesita alrededor de 8,3 euros y uno de gasolina unos 12,2 euros. Si se proyecta este gasto a 100.000 kilómetros, el ahorro frente a un vehículo a gasolina puede superar los 9.600 euros; frente a un diésel, unos 6.000 euros.
El mantenimiento también es más sencillo. Los coches eléctricos no requieren cambios de aceite ni filtros y tienen menos piezas que puedan deteriorarse, reduciendo el coste de mantenimiento hasta un 30%. En función del uso y de la tarifa eléctrica, el sobrecoste inicial del vehículo se amortiza entre los 17.000 y los 70.000 kilómetros, dependiendo de cada caso. Por ejemplo, si se recarga en casa durante horas valle, si se recurre a cargadores privados con un coste por kilovatio-hora mayor, etcétera.
Reducción de emisiones y sostenibilidad
En cuanto a emisiones, los números son arrolladores. Un coche eléctrico emite entre 52 y 63 gramos de CO₂ por kilómetro considerando todo su ciclo de vida, desde la fabricación hasta el uso. En comparación, un vehículo de gasolina llega a los 235 gramos por kilómetro.
Aunque la producción de baterías genera más emisiones inicialmente, estas se compensan rápidamente, en menos de 17.000 kilómetros de uso. Si la electricidad procede de fuentes renovables, la diferencia se amplía hasta reducir las emisiones un 78% frente a un coche convencional. A lo largo de su vida útil, un vehículo eléctrico familiar puede emitir hasta tres veces menos CO₂ que un modelo equivalente de combustión.
La codiciada etiqueta CERO
Además del ahorro en términos económicos, los coches eléctricos cuentan con ventajas fiscales y de movilidad gracias a la etiqueta CERO de la DGT. Esta calificación identifica a los vehículos con cero emisiones directas y permite acceder a medidas como la exención del impuesto de circulación en muchos municipios españoles.
En ciudades con alta contaminación, también facilita el acceso a zonas restringidas al tráfico, aparcamiento gratuito en algunos lugares y descuentos en peajes urbanos. Además, la red de puntos de recarga públicos en España continúa expandiéndose, siendo muchos de ellos gratuitos. Parkings, aparcamientos públicos, centros comerciales, supermercados, etcétera.
Mirando hacia el futuro
La transición hacia la movilidad eléctrica ya no depende solo de la conciencia ecológica, sino de razones económicas y de comodidad que convencen cada vez a más usuarios. La experiencia de conducción también es diferente: menos ruido, aceleración constante y la tranquilidad de no tener que pasar por el taller con frecuencia.
Ofrecido por Astara
Brands es, quizá, el área más creativa de movilidadelectrica.com. En colaboración con el equipo editorial, marketing, desarrollo web... contamos historias (tu historia) con la promesa de convertirla en la de todos. Si quieres que se hable de tu marca, déjanos preparar una estrategia personalizada. ¿Hablamos?













