- Arranca el servicio de robotaxis de Tesla con discreción, pruebas controladas y tecnología reforzada, a pesar de que Musk diga que no hay diferencia con los Model Y comerciales.
- La presencia de técnicos, el software específico y las medidas de seguridad duplicadas desmontan la idea de un coche idéntico al Model Y.
- Sale a la luz un vídeo del Tesla Model Y autónomo que pone los pelos de punta
Desde hace unos días, un puñado de personas en Austin ha podido viajar en coches que se conducen solos, al menos sobre el papel. La compañía de Elon Musk ha comenzado a probar de forma discreta su servicio de transporte sin conductor humano, los robotaxis de Tesla, aunque con varias condiciones. Lo ha hecho con vehículos que parecen el mismo Tesla Model Y que se vende en cualquier concesionario, pero la realidad es algo más compleja.
Los trayectos no se han abierto al público general. Sólo un grupo limitado de usuarios ha tenido acceso a este programa piloto, mediante una app específica. La tarifa es fija y el objetivo, además del experimento técnico, es obtener visibilidad en redes gracias a las publicaciones de quienes prueban la experiencia.
Lo que Elon Musk dice… y lo que hay realmente en los robotaxis de Tesla
Elon Musk ha declarado en varias ocasiones que los vehículos usados para el robotaxi de Tesla son exactamente los mismos que se comercializan al público. Pero la información que se ha filtrado muestra otra cosa. Bajo el proyecto interno conocido como Halo, Tesla realiza adaptaciones específicas en estos coches antes de lanzarlos al servicio autónomo.
What an interesting interaction. A Waymo ended up in the wrong lane, and a Tesla Robotaxi handled it like a pro.
No headlines about this will likely be made by mainstream media, of course.pic.twitter.com/I1Qw2GsIFj
— TESLARATI (@Teslarati) June 26, 2025
Las modificaciones incluyen cámaras con sistemas de limpieza automática, esenciales para garantizar buena visibilidad en todo momento, algo clave para el funcionamiento del software de conducción. Además, estos modelos llevan incorporados dos módulos de telecomunicaciones independientes, lo que permite enviar y recibir datos de forma más segura y mantener el control del vehículo desde una ubicación remota si algo falla.
Estas alteraciones no son meramente estéticas o accesorias. Son componentes que, aunque pueden parecer menores, suponen una diferencia técnica real respecto a los Model Y convencionales. Y aunque no afectan directamente al diseño exterior, sí cambian el funcionamiento y el comportamiento del coche en determinadas situaciones.
No solo BYD, cuatro marcas chinas superan con mucho a Tesla en interés de compra
Lo llamativo es que Tesla no ha sido completamente clara al respecto. Al decir que los coches son “idénticos”, omite las modificaciones que justifican la presencia de un técnico en el asiento del copiloto, algo que tampoco se encuentra en los vehículos vendidos al público. Esa figura no conduce, pero está ahí por si algo va mal.
Los robotaxis de Tesla llevan servicio con vigilancia
En cada uno de estos trayectos de prueba, un empleado de Tesla viaja en el asiento delantero, preparado para intervenir si fuera necesario. Aunque no tiene acceso a un pedal de freno adicional ni toma el volante, su papel es garantizar que todo vaya bien. Es una medida similar a la usada por otras empresas que ya han probado tecnologías de conducción autónoma, como Waymo o Cruise.
La elección de Austin como ciudad piloto tiene varias razones. No sólo se trata de la sede principal de Tesla, también el estado de Texas ofrece un marco regulatorio que favorece este tipo de proyectos. Esta combinación permite a la empresa lanzar su piloto en un entorno más controlado y con margen para actuar ante cualquier imprevisto.
El coste de cada viaje, fijado en 4,2 dólares, apunta a una estrategia accesible pero simbólica. No busca rentabilidad inmediata, sino generar interés. Por eso también se ha pedido a los usuarios que compartan sus experiencias en redes sociales, algo que ayuda a viralizar el servicio y medir el impacto público.
La dura advertencia de Francia a Tesla: o deja de mentir o multa de 50.000 euros al día
Pese a los sistemas automáticos que dirigen el coche, la conducción aún no es completamente autónoma desde el punto de vista legal. La presencia humana sigue siendo necesaria para validar el proceso y evitar incidentes graves. A día de hoy, la marca no ha anunciado cuándo eliminará esa supervisión en los robotaxis de Tesla.
Tecnología duplicada, seguridad multiplicada
Uno de los cambios más importantes respecto al Model Y convencional es el sistema de comunicación doble que integra el robotaxi. Esto permite que el vehículo esté conectado permanentemente a la red y pueda ser monitorizado o incluso manejado desde fuera en caso de que ocurra algo inesperado. Esta función no está disponible en los modelos de venta directa.
Las cámaras que se utilizan en estos coches también están preparadas para resistir mejor las condiciones adversas. Incluyen protecciones adicionales y un sistema que las limpia automáticamente, lo cual es fundamental para que el software de visión artificial funcione sin errores. En conducción autónoma, la claridad de las cámaras es igual o más importante que la de un parabrisas para un humano.
Tesla actualiza los Model S y X con cambios mínimos y subidas de precio máximas
Estas modificaciones pueden parecer pequeñas, pero demuestran que Tesla no confía plenamente en sus vehículos tal como salen de fábrica para este tipo de tareas. Introducir tecnología redundante no es solamente una precaución: es una forma de cubrirse ante posibles fallos que, en entornos reales, pueden tener consecuencias graves.
El mensaje que queda es que, aunque se parezcan por fuera, los robotaxis de Tesla no son iguales a los Model Y que puedes comprar. Y aunque eso no tiene por qué ser negativo, sí plantea preguntas sobre la transparencia con la que se está comunicando este experimento. ¿Hasta qué punto se puede hablar de autonomía si siempre hay alguien vigilando?
Soy una periodista madrileña con más de 25 años de experiencia. Cursé los estudios de periodismo en el Centro de Estudios Universitarios San Pablo CEU. A lo largo de mi trayectoria profesional he trabajado en medios como Motor 16, Km77, Car & Driver o Quad & Jet, y he colaborado con departamentos de prensa como el de BMW.
Estos coches que están circulando son una versión «beta», de pruebas. No solo es probable que detecten fallos: es seguro que lo harán. La cuestión no es esa. La cuestión es la naturaleza y magnitud de los errores. Si son subsanables sin cambiar de tecnología (estoy pensando en la conducción basada en cámaras e IA). O si para subsanarlos hay que modificar los coches de serie a los que están vendiendo un paquete de FSD.
Creo que sería bueno para todos, no solo para Tesla, que sea un éxito. Porque si lo es la tecnología sería mucho más barata de aplicar a cualquier tipo de coche, también de los de segmento más económico. Y eso aportaría una seguridad al tráfico radical. Por no hablar de la comodidad y nuevas posibilidades de la conducción.