- Actualmente es el segundo phev más vendido de España solo por detrás del BYD Seal U DM-i
- En comparación con el híbrido, su sobrecoste es de solo 3.500 euros, aumentando así su atractivo
- Primer encuentro con el Toyota C-HR+ Eléctrico
+Hoy por hoy parece que los híbridos enchufables han recuperado su posición de privilegio en el mercado español impulsados, principalmente, por los fabricantes chinos. Sin embargo, hasta la mitad del año ha sido el C-HR PHEV el que ha liderado dicha categoría.
De esta forma ya Toyota, pionera en tecnología híbrida desde hace más de dos décadas con modelos icónicos como el Prius, ya no puede ser tachada de una marca anti-enchufes cuando tiene tan bien posicionado a este modelo que hoy en Movilidad Eléctrica vamos a analizarte en profundidad para saber el porqué de su éxito y cómo consigue aguantar el tirón de sus recién llegados vecinos asiáticos.
Revolucionario en diseño
Desde su primera generación en 2016, el Toyota C-HR revolucionó el segmento de los SUV compactos con un diseño atrevido y moderno que rompía con el tradicional estilo conservador de la marca. Su segunda generación, presentada durante el año pasado, mantiene esta línea de evolución, mostrando un vehículo con aspecto más vanguardista y cercano a un concept car, con unas dimensiones de 4,39 metros de largo, 1,79 de ancho y 1,56 metros de alto.
En él destacan detalles como un frontal afilado con una parrilla en forma de X, que junto a los faros LED con luces diurnas en forma de flecha le confiere una imagen dinámica y deportiva; una firma lumínica trasera definida por esta tira de LED en la que tenemos además el logo central retroiluminado que eso sí solo se activa al abrir el coche; las llantas de aleación de 18 pulgadas o la característica línea de techo descendente que le da ese aire coupé, con un perfil elegante pero que compromete un poco la visibilidad y el espacio en plazas traseras.
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Interior del C-HR PHEV
En el puesto de conducción, el Toyota C-HR PHEV destaca por un diseño funcional y cuidado que combina tecnología y confort de forma equilibrada. Cuenta con una pantalla táctil central de 9 pulgadas que se integra perfectamente en el salpicadero, facilitando el control del sistema multimedia, navegación y conectividad mediante Apple CarPlay y Android Auto, aunque para mí algunos de los gráficos son un poco pobretones.
Los materiales empleados son mayormente agradables al tacto, con superficies blandas en la parte superior del tablero y detalles en negro piano que aportan un aire más sofisticado y premium, aunque sin llegar al nivel de lujo de modelos de segmentos superiores.
Los asientos, con un diseño algo deportivo, ofrecen un soporte adecuado para cualquier cuerpo, priorizando la sujeción, pero sacrificando algo de amplitud para quienes busquen mayor espacio lateral. La instrumentación es digital, clara y fácil de leer, así como de personalizar, reforzando la sensación de calidad y modernidad que el conjunto transmite.
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Mejor delante que detrás
En lo relativo a la habitabilidad, como decíamos, ese diseño exterior compromete el hueco de esta zona trasera. Esa línea de techo descendente provoca que la luz natural sea escasa en la parte de atrás por culpa de una ventanilla más pequeña, algo que ya ocurría en su primera entrega. Además, limita la altura al techo, aunque un adulto hasta de 1,85 metros podrá acomodarse.
Hablando de espacio, el de las piernas también es algo justo por ese asiento tan voluminoso, mientras que por anchura, la tónica de la categoría, mejor dos que tres. En cuanto a los elementos de confort, el C-HR PHEV no incluye salidas de aire pero sí una tomas USB de tipo C, aunque no ofrece huecos portaobjetos amplios en las puertas traseras, limitándose a pequeños portabotellas.
El maletero, por su parte, se ve afectado por la introducción de la batería y la recolocación del depósito de combustible, reduciendo su capacidad en 78 litros en comparación con su versión híbrida, quedando así en los 310 litros, un volumen que puede parecer justo en un segmento que cada vez demanda mayor espacio, aunque sus formas regulares facilitan la organización de la carga.
Tan eficiente como siempre
El apartado de conducción del Toyota C-HR PHEV es sin duda uno de sus grandes protagonistas y lo que marca la diferencia dentro del segmento. Este modelo destaca por contar con una mecánica que demuestra que Toyota no se queda atrás en cuanto a eficiencia en coches enchufables.
Básicamente, el C-HR enchufable mantiene una eficiencia muy similar a la de un híbrido convencional, pero añade la ventaja de un paquete de baterías más grande que le permite una autonomía oficial en modo eléctrico de hasta 66 kilómetros. En condiciones reales de uso, y circulando a ritmo normal combinando diferentes tipos de vías, nosotros hemos logrado rondar los 50 kilómetros con un consumo aproximado de 22 kWh cada 100 km, lo que es notable para un vehículo de su categoría.
Aunque esta autonomía puede quedarse un poco corta frente a algunos de esos nuevos competidores chinos, para un uso mayoritariamente urbano y desplazamientos diarios resulta más que suficiente. Además, uno de los grandes atractivos de este Toyota C-HR PHEV es que, cuando se acaba la energía almacenada en la batería, el vehículo no pierde nada de eficiencia y se comporta como su hermano híbrido con etiqueta ECO.
Esto se traduce en un consumo medio muy bajo de 5,3 l/100 km, una cifra realmente destacable para un SUV de esta potencia y tamaño. Por supuesto, si tras agotar la batería se procede a recargarla, el consumo combinado puede bajar hasta cifras alrededor de 1,5 l/100 km, lo que supone un gasto mínimo.
Potente y ágil
En cuanto a la potencia, el sistema combina un motor de gasolina de 2.0 litros con ciclo Atkinson que rinde 152 CV junto a un motor eléctrico de 163 CV, sumando una potencia conjunta de 224 CV. Esto permite que el C-HR acelere de 0 a 100 km/h en apenas 7,4 segundos y alcance una velocidad máxima de 180 km/h, suficiente para cubrir tanto el día a día como viajes por carreteras abiertas con soltura.
Además, el conductor puede elegir entre varios modos de conducción: ECO, Normal, Sport y uno personalizado (“Perso”), los cuales modifican la respuesta del motor y la gestión de la batería para adaptarse a diferentes estilos y necesidades. También cuenta con la función “Charge”, que permite recargar la batería durante la marcha, aunque esto implica un aumento notable del consumo.
Dinámicamente, el C-HR PHEV ofrece un comportamiento muy equilibrado. La suspensión está bien calibrada para filtrar eficazmente las irregularidades del asfalto, proporcionando un confort notable en vías urbanas o autopistas. La dirección es precisa y ayuda a ganar confianza rápidamente en curvas y maniobras rápidas, transmitiendo seguridad.
La tracción delantera junto con la combinación de motores eléctricos y de combustión asegura una conducción suave, sin sobresaltos y con un punto deportivo que facilita disfrutar tanto en conducción tranquila como en situaciones donde se requiere más respuesta. Es un coche que convence por su polivalencia y confort, dirigido a quienes buscan una experiencia de conducción práctica pero con cierto dinamismo y una clara orientación eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
¿Por qué el C-HR PHEV está siendo un éxito?
Toyota ha dado un golpe en la mesa con este C-HR PHEV, mostrando que está preparada para la electrificación aunque siga apostando por la versatilidad de los híbridos enchufables. Este SUV compacto destaca por diseño, eficiencia y una dinámica equilibrada, aunque se queda algo corto en espacio trasero y volumen de maletero, aspectos importantes en el día a día.
Ahora bien, la respuesta a por qué está siendo tan exitoso se basa principalmente en su precio, porque los 35.000 euros de los que parte, solo suponen un sobrecoste de 3.500 euros sobre el híbrido no enchufable, justificando el coste adicional con la variedad de uso y la etiqueta cero emisiones en ciudad.
Frente a los nuevos rivales chinos, que juegan fuerte con autonomía y precio, el C-HR aporta la garantía de una marca con amplia experiencia, una red comercial consolidada y una reputación de calidad y fiabilidad. En definitiva, una propuesta sólida y recomendable para quien busca un SUV compacto enchufable fiable, moderno y con un diseño que destaca, adaptado a las tendencias actuales de movilidad sostenible en España.
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No era la idea inicial pero las cuatro ruedas se cruzaron en mi camino periodístico y desde entonces no he parado de disfrutar al volante. Enamorado del sonido de algunos motores, hoy por hoy vivo con sorpresa y emoción el camino electrificado que está tomando el sector.



















