Los coches eléctricos son más exigentes con los neumáticos de ahí que los pidan más resistentes. Ante esto hay dos opciones, una es buscar neumáticos específicos; la otra, sumarse a la apuesta de Michelín: fabricar neumáticos de tal calidad que satisfagan las necesidades de los vehículos enchufables y, por añadidura, las de cualquier otro
Que los neumáticos que montan los coches eléctricos deben estar preparados para satisfacer necesidades más exigentes que los de combustión es cierto. Que solo pueden montar neumáticos específicos, no lo es.
Más allá de las emisiones y ruido, hay dos diferencias que se hacen especialmente evidentes la primera vez que uno conduce un vehículo eléctrico:
- Son más pesados. Esto es en gran parte culpa de la batería encargada de almacenar la energía que necesita el motor y otros elementos para funcionar
- Ofrecen todo el par motor de manera instantánea, es por es que su respuesta en el momento en que se pisa el acelerador es más rápida y eficaz
Esto, además de transmitir diferentes sensaciones el volante se traduce en un mayor desgaste de los neumáticos. En el caso del peso porque para detener un cuerpo más pesado es necesario hacer más fuerza; de lo contrario necesitará más metros para detenerse a tiempo en caso de emergencia lo que reducirá de forma considerable los niveles de seguridad.
Ese par instantáneo que aumenta el carácter deportivo de los eléctricos exige un sobreesfuerzo al neumático que, una de dos, o es más resistente o verá reducida su vida útil. En esto último vuelve a tener parte de culpa el peso que provoca un desgaste más rápido que cuando el mismo neumático se monta en un modelo de combustión.
Silencio, se rueda…
Por normativa los coches eléctricos tienen que emitir un sonido artificial cuando circulan a velocidad inferior a 20 km/h. Esto es un imperativo europeo que busca aumentar la seguridad de los peatones que ante el bajo nivel de ruido que emiten los coches eléctricos al circular pueden verse sorprendidos por su cercanía lo que eleva el riego de atropello.
Entre las ventajas de los eléctricos está que no producen contaminación acústica, una virtud que deben compartir sus cubiertas. Uno de los parámetros que muestra la etiqueta de los neumáticos es la rumorosidad, en decibelios (dB). Se considera que una neumático tiene un nivel bajo de rumorosidad cuando queda por debajo de los 65 dB).
Neumáticos para todos, también para los eléctricos
Para satisfacer las exigentes demandas de los vehículos eléctricos en lo que a los neumáticos se refiere hay dos opciones: fabricar cubiertas específicas o desarrollar gomas de tal resistencia y calidad que cubran las necesidades de los enchufables y, por añadidura, de los modelos de combustión.
Michelin ha apostado por esta segunda opción. La compañía lleva más de 12 años trabajando para impulsar la movilidad eléctrica y, a día de hoy, todos sus neumáticos están diseñados para satisfacer los requisitos de rendimiento de los enchufables.
«La tecnología de Michelin ofrece unas prestaciones totales y duraderas sin concesiones, incluyendo la resistencia a la rodadura, el desgaste, el ruido, la duración y seguridad», explican desde Michelin.
Hasta un 10% más de autonomía
Dos ejemplos son las gamas Pilot Sport y e.Primacy, las más eficientes energéticamente hablando. Estas no solo responden con creces a la resistencia y durabilidad que precisa un eléctrico sino que contribuyen a minimizar la que suele ser una de las máxima preocupaciones de los conductores de vehículos eléctricos que no es otra que la autonomía.
Michelin ha comprobado que, montados en coches eléctricos, los neumáticos Pilot Sport aumentan la autonomía oficial hasta un 7%, mientras que un coche eléctrico calzado con e.Primacy pueden recorrer hasta un 10% más de kilómetros con cada recarga respecto a otro idéntico que utilice otros neumáticos.
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