El despliegue del coche eléctrico se enfrenta al reto de la fabricación de suficientes baterías para satisfacer la demanda. Superar con la mayor velocidad posible este desafío es la clave para que el sector del VE siga creciendo.
El objetivo es que se puede llegar a sustituir el parque de coches que funcionan con combustibles fósiles para luchar contra la contaminación y la subida de la temperatura media del planeta.
Sin embargo, la satisfacción de la demanda de más baterías para el vehículo eléctrico, un mercado que podría alcanzar en poco tiempo un valor de un billón de dólares a nivel mundial, se topa con la escasez de minerales para fabricarlas.
El reciclaje de baterías, clave para disminuir la demanda de minerales críticos
El litio es el gran protagonista de este relato del problema de materias primas suficientes para que crezca el sector. Pero no es el único.
El grafito supone entre el 95 y el 99% del material del ánodo (electrodo negativo) de las baterías de iones de litio, lo que lo convierte en el mayor componente de cualquier batería para vehículos eléctricos, advierte Tom Kool, experto en Comercio Internacional y jefe de Operaciones de Oilprice.com.
El aluminio, por su parte representa casi el 19% de una batería y el níquel el 15,7%. Por cantidades de material que se necesita para fabricar una batería el cobre y el acero ocupan el cuarto y quinto lugar. Sin embargo, aunque se desconoce popularmente, en realidad, el litio, el manganeso y el cobalto, necesarios para producir el cátodo, suponen una parte proporcional bastante menos, tal y como revela Motorpasion.com.
El grafito es el elemento más crítico
“El grafito es el elemento más crítico. Una batería de iones de litio puede contener 15 veces más grafito que litio y representar el 25% del volumen total de una batería, lo que ha llevado a Elon Musk, de Tesla, a afirmar que deberían llamarse ‘baterías de níquel-grafito'”, escribe Kool.
A juicio de este analista, una de las claves para hacer frente a este problema es la existencia de más operadores experimentados que puedan alimentar las gigafábricas de baterías con grafito refinado.
Y aún señala más datos relevantes: si el grafito es ahora una industria que mueve 23.000 millones de dólares y representa una de las mayores oportunidades en el enorme campo de inversión de las baterías, en menos de una década tendrá un valor estimado de 43.000 millones de dólares.
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Consciente del gran desafío, Norteamérica, que no tiene ninguna producción comercial de grafito refinado y depende de las importaciones de China, se ha puesto ‘las pilas’. Un ejemplo es la planta de refinado de grafito que Graphex Group está construyendo en Detroit.
Su ubicación es estratégica para el suministro de este material a las gigafactorías de baterías y es que esta ciudad del estado estadounidense de Michigan, alberga a muchas industrias automovilísticas estadounidenses.
La situación por continentes
Según detalla Look, producirá hasta 15.000 toneladas al año de grafito refinado cuando empiece a funcionar, a finales del 2024, previsiblemente.
Fuera de China sólo se extrae en Asia este mineral de manera significativa en Balama y Mozambique. Y Europa cuenta con poca producción siendo Rusia el país productor más importante ya que aporta alrededor del 1,5% del suministro mundial, según datos de Motorpasion.com.
Victoria Fuentes publica en este medio especializado que todo apunta a que “la única alternativa es la producción de grafito sintético a partir de combustibles fósiles“. Y es que señala que Ucrania que producía alrededor del 1,5% de la producción mundial ya no puede hacerlo en plena guerra. Solo quedaría Noruega, que solo representa alrededor del 0,5%. A la cola, están Alemania y Austria, que entre las dos solo juntan menos de 300 toneladas.
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