Las motos eléctricas son las “nuevas protagonistas” de la movilidad urbana y entrega de última milla, mientras siguen ganando trozo del pastel en el mercado de las dos ruedas, en gran parte por su economía y las restricciones medioambientales. Conocer cuáles son sus diferencias en mecánica frente a las “motos de siempre” o saber que a los 3.000 kilómetros se aconseja realizar el mantenimiento preventivo es importante, según Euromaster, el especialista en el cuidado y mantenimiento integral del vehículo.
Realmente, una moto de combustión tiene componentes que requieren un mayor mantenimiento que una eléctrica, como el cambio de aceite, los filtros, las bujías o el refrigerante. Incluso, reparaciones que, tarde o temprano hay que realizar, como un reglaje de válvulas o un cambio de embrague son cambios que una ‘cero emisiones’ nunca tendrá.
Hay otros componentes, además, en los que no existen grandes diferencias entre ambas tecnologías. Ya sean los neumáticos, los frenos, la dirección o la suspensión. Sin embargo, cabe resaltar que la sustitución de la goma trasera de una moto eléctrica, con motor interno en la llanta, es un poco más complicada, ya que tendremos que desmontar el cable de alimentación, que generalmente está dispuesto junto a la batería.
La falta de pistones, mecanismos o engranajes en las motos eléctricas las hace más sencillas también. De hecho, únicamente están formadas por una batería, un propulsor eléctrico y una electrónica específica. Tres componentes que, además, son más sencillos de chequear y sustituir que en una dos ruedas de combustión.
Las motos eléctricas sí necesitan mantenimiento
En definitiva, aunque una moto eléctrica es más sencilla, no hay que dejarse llevar por la idea de que tiene menos mantenimiento que una de combustión. Hay que conocer sus diferencias y entender la moto eléctrica para el correcto desempeño y organización del trabajo, máxime cuando son muchos los fabricantes que se están lanzando a esta fórmula de movilidad.
Sin embargo, un denominador común es que carecen de una red de talleres propia dentro de su estructura de negocio y necesitan un partner que les entienda, que les acompañe en su expansión y que se conviertan en una suerte de “taller oficial”.
Y es que las barreras tradicionales entre taller oficial y multimarca se diluyen, al menos en el caso de las dos ruedas electrificadas.
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