Hace apenas unos días, hacíamos referencia a las votaciones del Europarlamento para reducir las emisiones de CO2 de los vehículos nuevos. La propuesta de ley aprobada entonces, planteaba una reducción de emisiones de hasta un 20% para 2025 y de hasta un 40% para 2030 (frente al 30% que proponía la Comisión, en relación al nivel de 2021).
Además, decíamos que para los fabricantes de automóviles que superen esos porcentajes, habrá una sanción que la Unión Europea invertirá en formación para trabajadores afectados por los cambios provocados por la transición ecológica.
Igualmente, y según el Europarlamento, los fabricantes deberán garantizar que un 20% de los coches y furgonetas nuevos en 2025 sean de vehículos menos contaminantes – eléctricos y vehículos con emisiones por debajo de 50 gramos de CO2-, un 35% en 2030.
Por otro lado, los eurodiputados instan a la Comisión Europea:
“A proponer, en un plazo de dos años, un mecanismo para medición de las emisiones de CO2 en condiciones reales de conducción, mediante un dispositivo portátil, similar al introducido recientemente para controlar la cantidad de óxido de nitrógeno (NOx)”.
Las votaciones de los europarlamentarios fueron: 389 eurodiputados a favor, 239 en contra y 41 abstenciones. Los ministros de los Estados miembros deben adoptar una posición común en la reunión de mañana, 9 de octubre. Después, se abrirán las negociaciones con el Parlamento Europeo para llegar a un acuerdo.
Preocupación de ACEA por los votos del Europarlamento
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha expresado su grave preocupación por el resultado de las votaciones del Europarlamento. Al respecto, Erik Jonnaert, Secretario General de ACEA, dijo:
“Estamos particularmente preocupados por los extremadamente agresivos objetivos de reducción de CO2 y la imposición de cuotas de ventas para vehículos eléctricos que los eurodiputados han respaldado. El voto de hoy corre el riesgo de tener un impacto muy negativo en los puestos de trabajo de toda la cadena de valor del automóvil”. “Básicamente, forzaría a la industria a una transformación dramática en un tiempo récord”.
La asociación ha hecho notar también que la votación salió por estrecha mayoría en algunos temas cruciales.
Actualmente, añaden, la infraestructura de recarga es muy insuficiente. Además los incentivos para que los consumidores compren los vehículos eléctricos, más caros, permanecen desarmonizados en toda la Unión Europea. Al respecto, Erik Jonnaert explicó:
“Los consumidores no pueden ser obligados a comprar autos eléctricos sin la infraestructura o los incentivos necesarios”.
“Solo podemos esperar que los gobiernos nacionales lleven algo de realismo a la mesa cuando, la próxima semana, adopten su posición común sobre los futuros objetivos de CO2”.
Posición del Parlamento Europeo
Mientras, el Europarlamento considera que el transporte es el único gran sector en la UE cuyas emisiones de efecto invernadero siguen creciendo. El sector debe acelerar su reconversión, añaden, con los objetivos de cumplir los compromisos adquiridos por la Unión Europea.
Asimismo, opinan que:
“En paralelo, el mercado de los automóviles se está transformando a gran velocidad, sobre todo con innovaciones en sistemas de propulsión eléctricos. Si los fabricantes europeos inician tarde el proceso de transición, corren el riesgo de perder su posición de liderazgo, señala el Parlamento”.