Ford ha sometido el Mustang Mach-E a exigentes pruebas de resistencia. El objetivo: incrementar la confianza del consumidor en la idoneidad de los vehículos totalmente eléctricos para el uso diario. Las pruebas realizadas, pro dentro y por fuera del coche son las mismas que Ford emplea para sus pick-up.
El coche pasó por lavados extremos, a alta presión, por pruebas de estrés con robots sentados o recorridos inagotables por caminos de grava.
Según Donna Dickson, ingeniera jefe de programas de Mustang Mach-E:
“Hemos hecho todo lo posible para someter al Mustang Mach-E a pruebas extremas. Le hemos exigido mucho más de lo que haría un consumidor típico, para asegurarnos que está listo para enfrentarse al rigor de la carretera abierta”.
Pruebas al Mustang Mach-E: lavado extremo
Una de las dudas típicas entre los conductores, de las que hemos hablado alguna vez, es si el coche eléctrico resiste o no los lavados. Incluso muchas personas se preguntan qué ocurre cuando llueve.
En esa línea, Ford sometió el coche eléctrico a 60 pasos sin espuma por un lavado automático con pulverizadores, cepillos y secadores: el equivalente de un lavado cada dos semanas durante más de dos años.
Además, probaron el vehículo en busca de fugas y daños que, en teoría, podrían causar los fuertes chorros de agua de las boquillas. Así, el equipo empleó un pulverizador de agua a alta presión sobre: marcos de las puertas, adornos, carenados, capó, faros y luces traseras y adhesivos. La presión de pulverización fue de hasta 1700 psi (117 bares), a una temperatura de 60 grados y a una distancia de aproximadamente un metro.
Ese tipo de presión puede eliminar las manchas de aceite de las calzadas cuando se usa con detergentes.
Pruebas con robots
Igualmente, Ford probó en el Mustang Mach-E casi cualquier cosa que un cliente podría hacer con sus asientos, especialmente con su “trasero”: los ingenieros estudiaron diferentes cargas de peso en los asientos utilizando una amplia gama de tipos de cuerpo humano.
El equipo hizo esto programando una forma robótica de “trasero” o “robutt” (haciendo un juego de palabras en inglés entre robot y trasero). Simuló la entrada y salida de una persona del coche al menos 25.000 veces.
Asimismo, probaron el material del asiento ActiveX del vehículo para soportar el uso diario y el abuso. Esto incluyó pruebas químicas para garantizar que productos como el desinfectante de manos no deteriora el material; pruebas de abrasión para asegurar que el acabado se mantiene después de simular un ciclo de uso de 10 años; y flexión del material del asiento 100.000 veces para evaluar su resistencia al agrietamiento.
Resistencia de la pantalla táctil
Explica Ford que una pantalla de teléfono agrietada nunca es divertida, pero una pantalla táctil agrietada es inaceptable. La pantalla táctil de 15,5 pulgadas del Mustang Mach-E utiliza una aplicación especial de vidrio Dragontrail™ para garantizar su durabilidad. Se encuentra en la parte superior de un montaje de magnesio de alta resistencia que es capaz de soportar caídas o golpes.
El Mustang Mach-E sobre grava
Para Ford, los clientes de Mustang Mach-E deben estar seguros de que pueden conducir su vehículo incluso donde termina el pavimento y empieza la grava. Y, además, no volver necesitando una nueva mano de pintura.
Para hacer esto, los ingenieros sometieron al Mustang Mach-E a 300 millas de pruebas de piedras en carreteras de grava. Evaluaron el daño causado a la pintura exterior por pequeñas rocas y arena.
Ford utilizó dos grados diferentes de piedras de grava para probar casi 200 veces el Mustang Mach-E derrapando con pilotos profesionales sobre un tramo de varios kilómetros de grava dispersa en el pavimento a unos60 mph de velocidad. Una vez completada la primera prueba, el equipo cambió la grava por una piedra aún más afilada y repitió la prueba de nuevo.