El gerente del Grupo francés TOTAL, Patrick Pouyanné, anunció que están trabajando en un plan de implantación de puntos de recarga en sus gasolineras. Un nuevo tipo de cliente que llega con la evolución de coches eléctricos y los cargadores ultrarápidos.
Este estudio dará como resultado la ubicación de 300 puntos de recarga repartidos en una malla que posibiliten los desplazamientos de los vehículos eléctricos en los corredores más importantes. La ubicación será preferentemente extra urbana dando servicio a los desplazamientos entre diferentes ciudades y puntos de interés, puesto que la carga vinculada en los hogares y trabajos, situada en las ciudades, acompañada de la red pública, es suficiente para los desplazamientos diarios.
Como anunciábamos hace unos días Shell también ha anunciado un plan similar del que ahora conocemos que se iniciará en Reino Unido y Holanda y que comenzará su despliegue a finales de 2017.
El problema de la rentabilidad de la recarga rápida
Esta nueva línea de negocio que se les plantea a las grandes empresas petroleras se enfrenta con el obstáculo de la rentabilidad inicial. Empresarialmente el plan tiene mucho sentido puesto que atraerá a sus instalaciones a un nuevo tipo de cliente que pagará más por los servicios añadidos en el local que por la electricidad que recargue.
El problema es que a corto plazo el número de vehículos eléctricos capaces de viajar es muy escaso. La inversión tiene que contar con el desarrollo tecnológico tanto de los vehículos eléctricos de nueva generación, con autonomías superiores a los 300 kilómetros reales, como con el aumento de la velocidad de carga de los terminales. También hay que contar, en países como España, con el coste eléctrico que supone una instalación de gran potencia en la parte fija de la factura.
El estándar europeo Combo necesita evolucionar. La potencia hoy en día está limitada a 50 kW, 100 en algunos terminales, y se quedará obsoleta en unos años. Los coches eléctricos han de montar cargadores capaces de absorber potencias mucho más elevadas. Un ejemplo de ello es el que anuncia el proyecto europeo Ultra-E que promete 25 estaciones de recarga de vehículos eléctricos que utilizarán el conector de carga CCS-Combo y que conectarán los corredores eléctricos de los Países Bajos, Bélgica, Alemania y Austria en 2018.