En una entrevista concedida a una revista alemana Angela Merkel indica que el camino tomado por Francia y Reino Unido para eliminar los motores de combustión en 2040 es “el enfoque correcto”.
Hace unos días hacíamos un recorrido por todos los países que han movido ficha respecto a la eliminación de los vehículos de combustión de sus carreteras, después del anuncio de Francia de obligar a que sea así a partir de 2040
Os comentábamos que algunos políticos alemanes también se habían movido inicialmente en esta dirección con el objetivo de acabar con los coches diésel y gasolina en 2030. Sin embargo allí la oposición es muy fuerte. Primero porque la mitad de su producción eléctrica proviene del carbón y también por una industria automovilística muy potente que, sin embargo, está realizando grandes impulsos hacia la movilidad eléctrica, sobre todo tras los escándalos de las emisiones. En agosto ministros y portavoces del gobierno se habían negado establecer un compromiso para eliminar los motores diésel.
Pasados estos primeros días del verano la agencia de noticia Reuters se hace eco de una entrevista concedida por la canciller alemana Angela Merkel a la revista alemana Superillu en la que por primera vez, parece estar de acuerdo con la eliminación del diésel, sobre todo tras los escándalos de las emisiones de algunos fabricantes alemanes.
No quiero nombrar un año exacto
Merkel considera que el enfoque de Francia y Reino Unido para eliminar los motores de combustión interna en 2040 es el correcto, aunque en su caso no quiso precisar un año exacto en el que entre en vigor esta norma.
Un sector gigante con su reputación comprometida
En Alemania el sector del automóvil emplea a unas 800.000 personas y su transformación se ha convertido en un asunto candente antes de las elecciones del 24 de septiembre, en las que Merkel busca su cuarto mandato. Política e industria acordaron revisar el software de los motores de 5,3 millones de vehículos diésel para reducir la contaminación y reparar la reputación de la industria automovilística alemana. Sin embargo los políticos están acusando a las empresas automovilísticas de no dar una respuesta a adecuada al escándalo de las emisiones.
Sobre la posibilidad de volver a reunirse en una ‘segunda cumbre del diésel’ Daimler se mostró de acuerdo: “Estábamos y estamos siempre dispuestos a entablar un diálogo constructivo”. Volkswagen por su parte señaló que su estrategia de reestructuración está dirigida a “abordar los problemas del futuro”. Rechazó que las decisiones tomadas en la cumbre diésel fuesen insuficientes: “Creemos que las medidas son adecuadas para evitar la prohibición de conducir y mejorar la calidad del aire”.